El Tribunal Constitucional ha avalado en una reciente sentencia toda la Ley Celaá y eso ha provocado que, entre otras víctimas como la enseñanza concertada, la educación especial o la diferenciada, esté también la asignatura de Religión y su profesorado. Como desde FEUSO hemos denunciado en numerosas ocasiones, la LOMLOE supone una vuelta atrás en la consideración curricular de la asignatura que, además, va a tener consecuencias negativas entre el profesorado que la imparte.
Con la nueva Ley, la asignatura de Religión ha vuelto a la situación que tenía en 2006. Recordamos que su nota ya no cuenta para la nota media del alumnado, ni para pedir becas, ni para entrar en la universidad. Además, ya no tiene asignatura alternativa, como sucedía con la LOMCE: los alumnos que no cursan esta materia no pueden estudiar nada académico ni avanzar en el temario para no discriminar al resto. Como dijimos en su momento, y repetimos hasta la saciedad en las manifestaciones que se convocaron contra le Ley Celaá, la Ley desprestigia al profesorado y coloca en un lugar secundario la asignatura de Religión dentro del currículum escolar.
Claramente, la asignatura de Religión se encuentra en peligro. Uno de los objetivos de la Ley ha sido reducir su peso y sus horas de clase, y eso a pesar de la considerable aceptación de esta asignatura ente las familias, un modelo que, a pesar de todo lo que ha llovido, siguen defendiendo millones de familias.
Según establece la Ley Celaá, “la enseñanza de la Religión católica se ajustará a lo establecido en el Acuerdo sobre Enseñanza y Asuntos Culturales suscrito entre la Santa Sede y el Estado español” y que “se incluirá la religión católica como área o materia en los niveles educativos que corresponda, que será de oferta obligatoria para los centros y de carácter voluntario para los alumnos y alumnas”. A continuación, desarrolla que “en el marco de la regulación de las enseñanzas de Educación Primaria y Educación Secundaria Obligatoria, se podrá establecer la enseñanza no confesional de cultura de las religiones”, una opción que contó con el visto bueno de la Conferencia Episcopal.
Sin embargo, los Reales Decretos que desarrollan los currículos de cada ciclo determinan que las calificaciones obtenidas “no computarán” en el expediente. Además, aquellos alumnos que no quieran cursar esta materia deberán recibir “la debida atención educativa”, eliminando la opción de una “asignatura espejo”.
En la LOMLOE, la asignatura de Religión, como ha denunciado FEUSO insistentemente, vuelve a interpretarse como una pseudo asignatura, sin replantearse un nuevo diseño que permita incorporarla plenamente al currículo escolar por la idoneidad de sus contenidos, en sintonía con una formación humanística básica e integral que en casi toda Europa está presente de manera natural y nada polémica en los sistemas educativos. La LOMLOE supone una vuelta atrás en la consideración curricular de la asignatura que va a tener sus consecuencias entre el profesorado que la imparte.
Pero, además, con la LOMLOE, la situación laboral del colectivo del profesorado de Religión se llena de incertidumbre y de inseguridad, pues afecta gravemente al mantenimiento del empleo y al futuro de unos profesionales altamente cualificados, la gran mayoría mujeres, y con larga experiencia docente.
Durante el trámite parlamentario de la LOMLOE, FEUSO envió a los grupos políticos con representación en el Parlamento un conjunto de enmiendas que pretendían que la asignatura de Religión, en consonancia con lo que dice la Constitución, no sea una asignatura marginal o decorativa. Al devaluar la asignatura de Religión en el currículo de los alumnos al nivel de una actividad extraescolar, vulnera la voluntad expresa de miles de padres y madres cada año y condena a la precariedad laboral a miles de trabajadores y trabajadoras altamente cualificados.
USO reclamó en sus enmiendas mayor sensibilidad social al Gobierno con este colectivo de docentes, y más en el contexto dramático que estamos viviendo en la actualidad y con la crisis provocada por la pandemia del coronavirus en un primer momento y la provocada por la guerra de Ucrania y las negativas consecuencias que está teniendo sobre la economía. Este profesorado lleva muchos años prestando el servicio educativo que solicita la sociedad, impartiendo una asignatura que busca la formación integral.
Por todo ello, desde FEUSO volvemos a reclamar que se valore el trabajo del profesorado de Religión, que no se le deje en la estacada, que se tenga en cuenta su complicada situación laboral, que se valore la presencia mayoritaria de mujeres entre este colectivo y que no se les condene al paro. Hace falta, por tanto, diálogo para afrontar este momento tan complejo.
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