1.jpgLa Federación de Enseñanza de la Unión Sindical Obrera (USO) de Andalucía quiere manifestar su posición, una vez desatada la polémica en torno al posible adelanto del inicio del curso escolar en determinados niveles educativos.

En primer lugar, USO rechaza las formas que ha empleado en esta ocasión la Sra. Consejera de Educación, al anunciar unas medidas, de manera precipitada e imprudente, sin ser debatidas previamente ni consensuadas con los diferentes miembros de la comunidad educativa y sus representantes. Nos sorprende este comportamiento –inusual en los anteriores titulares de la Consejería de Educación- contrario a la participación democrática que tanto se dice fomentar. El proceso que generalmente se ha venido siguiendo para elaborar o modificar cualquier normativa educativa ha sido elaborar un primer borrador y trasladarlo a las organizaciones sindicales, patronales, de padres y madres, etc. para que presenten enmiendas y aportaciones. A partir de ahí, se han venido construyendo consensos que siempre han mejorado los documentos iniciales y han facilitado la aplicación y eficacia de las normas.

Mucho nos tememos que en esta ocasión y con este proceder, la Consejería de Educación haya tratado de fabricar una cortina de humo para desviar la atención de los ciudadanos de otros problemas de enorme trascendencia y muy negativos para los andaluces, como son los últimos datos del paro. No creemos que sea casualidad la fecha en la que se ha creado la polémica. Además, no es ésta la única polémica interesada, ya que la Consejería –en las mismas fechas previas- ha fabricado otra cortina de humo con el asunto de los centros concertados que escolarizan al alumnado de forma diferenciada ¡Precisamente ahora!

Respecto al fondo del asunto ¿Realmente cree la Sra. Consejera que por adelantar el curso escolar cinco días lectivos se van a solucionar los graves problemas de conciliación familiar-laboral de muchas familias andaluzas? Esta medida, tomada así, sin más, únicamente supondría quitar de casa unos días más a los escolares.

Creemos en la USO que, en cualquier caso, los posibles beneficios de esta medida hay que sopesarlos con los probables perjuicios que la misma puede causar. La opinión pública conoce sobradamente que, cada inicio de curso y un año tras otro, se vienen repitiendo las mismas deficiencias organizativas en los centros públicos andaluces (¡dependientes de la propia Consejería de Educación!): numerosas vacantes de profesorado sin cubrir, obras sin finalizar, etc. Consecuentemente, con menos tiempo de reacción, es fácil adivinar la caótica situación que se generará si la Sra. Consejera de Educación se empeña en iniciar el curso una semana antes, precipitadamente y “como sea”.

Desde la USO proponemos que la administración continúe con la linea iniciada hace ya varios años en que se viene ofertando durante el curso escolar: aula matinal, comedores escolares y todo tipo de actividades extraescolares. En vacaciones también está poniendo a disposición, de los Ayuntamientos y Distritos, los centros para ofertar “escuelas de verano” impartidas por personal cualificado proveniente de las largas listas de desempleados que tenemos actualmente.

Por lo tanto, consideramos que la medida que contribuiría a la conciliación sería la generalización a la oferta de las escuelas de verano hasta el 15 de septiembre. Mientras tanto los docentes podremos seguir utilizando esos 15 días en la imprescindible planificación y programación del curso académico, tal y como exige el currículum.

En la USO creemos que la auténtica conciliación de la vida familiar y laboral exige además otra cosa: que los padres puedan dedicar efectivamente tiempo a sus hijos, haciendo compatible esa dedicación con su ocupación laboral. Para ello resulta imprescindible afrontar importantes cambios estructurales en los horarios escolares y laborales, concentrando la jornada de trabajo durante las mañanas y finalizando a primeras horas de la tarde, con lo que a las familias –después del trabajo- les queda libre bastante tiempo para ocuparse de sus hijos. Así se viene haciendo en muchos otros países europeos, en los que es real la conciliación de vida familiar y ocupación laboral.