La radiografía que realiza el nuevo Informe PISA no deja a la educación española en un buen sitio. Continúa el descenso generalizado en aquellas materias que se evalúan: Matemáticas, Lectura y Ciencias.
En relación con los resultados de los Informes anteriores, no parece que hayan cambiado mucho las cosas, pues sigue agravándose una pendiente problemática que sitúa a la educación española en un lugar mediocre y poco competitivo. Desde FEUSO volvemos a reclamar más medidas para mejorar y prestigiar el trabajo de los docentes, la clave para que las cosas cambien de rumbo.
Desde 2015, los resultados de España empeoran en estas materias. Sin embargo, las leyes educativas aprobadas y las políticas emprendidas no parecen tener en cuenta este descenso y se repiten los mismos errores. Como ha comentado el experto Gregorio Luri a propósito de estos resultados, en España se ha pasado de una “pedagogía del conocimiento” a una “pedagogía emocional”, que está teniendo repercusiones negativas en la formación académica del alumnado, que lleva décadas instalado en una preocupante mediocridad en la que los casos de excelencia educativa, a diferencia de los países con mejores resultados, son minoría.
En los últimos años, como denuncian tantos profesores y profesoras, el acento se está poniendo en los centros de enseñanza en cuestiones colaterales que, en muchos casos, impiden que el profesorado pueda centrarse en su auténtica actividad docente. No se han adoptado medidas eficaces para reducir el exceso de burocracia (asunto muy preocupante en la actualidad), ni para rebajar los casos de bullying, ni tampoco para combatir el empeoramiento del clima escolar, ni para poner algo de sentido común en el uso de las pantallas y los móviles.
Al final, el profesorado debe asumir tantas responsabilidades que la atención al alumnado y a sus necesidades educativas puede quedar en un segundo plano. Desde FEUSO seguimos diciendo que cualquier cambio de ley, cualquier política educativa, debe contar con la participación del profesorado, al que en muchas ocasiones se le deja al margen de las decisiones educativas de calado. También denunciamos que existe una excesiva politización en nuestro país de las cuestiones educativas y que la mejora de la calidad pasa por mejorar las condiciones sociolaborales de todo el profesorado y garantizar la libertad y la pluralidad de modelos educativos.
Esperemos que los datos de este Informe hagan reflexionar a las Administraciones educativas para que se alcancen Pactos que conviertan la educación en una prioridad social y política y para que se tomen medidas mucho más eficaces para mejorar las condiciones del profesorado con el fin de que el rendimiento académico del alumnado avance significativamente. Con los datos de PISA, no vamos por el buen camino.