Está sobradamente demostrado que la luz nos influye anímicamente. Además, la falta de luz y/o la exposición prolongada a una inadecuada iluminación artificial puede generar problemas de visión en las personas, un efecto todavía más acuciante entre aquellos grupos más sensibles, como los que están en edad de desarrollo, de ahí la importancia de una buena iluminación en espacios educativos.

Conseguir unas buenas condiciones de iluminación de los centros educativos proporciona a los docentes y al alumnado un entorno agradable donde concentrarse y ser productivos. Gracias al confort visual, el desarrollo de la actividad educativa se produce sin fatiga ocular o distracciones. Dedicamos este artículo a las condiciones de luminosidad que deben respetarse en estos espacios.

En el siguiente número del boletín FeUSO Salud Laboral abordamos el tema con más detalle:

FeUSO SALUD LABORAL nº 1113 – Seguridad en la escuela: la iluminación en los centros escolares