La prestación por desempleo, popularmente conocida como el paro, y el IPREM se actualizan en 2023. No pasa lo mismo con el SMI, que se mantiene como en 2022.
Con la publicación en el BOE de la Ley 31/2022, de 23 de diciembre, de Presupuestos Generales del Estado para el año 2023, las cuantías del IPREM (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples) y de la prestación por desempleo, o paro, se actualizan.
De esta forma, en 2023 el IPREM se fija en 600 euros/mes y 7.200 anuales (8.400 si hablamos para indicadores a 14 pagas) y 20 euros/día, lo que supone un incremento del 3,6 % con respecto a 2022. El IPREM es el indicar que se toma de referencia para recibir ayudas, subvenciones y prestaciones sociales, así como para la indemnización mínima por despido o el acceso a una vivienda de protección oficial (VPO).
Nuevas cuantías para la prestación por desempleo
En 2023, la cuantía de la prestación por desempleo se determinará aplicando a la base reguladora los siguientes porcentajes: el 70 % durante los 180 primeros días (6 primeros meses) y el 60 % a partir del día 181. Por tanto, el importe de la prestación por desempleo se incrementa hasta el 60 % de la base reguladora a partir del día 181; antes era hasta el 50 %.
Tal y como publica el SEPE en su web, la cuantía mínima de prestaciones por desempleo para 2023 será de 560 euros (sin hijos) y de 749 para personas con hijos a su cargo. La máxima será de 1.225 euros para personas sin hijos; de 1.400 euros para personas con un hijo y de 1.575 euros para personas con más de un hijo a su cargo.
¿Para qué sirve el IPREM y por qué es necesario que suba más?
El IPREM ha subido en la última década en 77,49 euros mensuales y 944,86 euros anuales, considerando 14 pagas. Esto supone una brecha enorme con el SMI. Desde la mínima subida del IPREM en 2010, únicamente se ha revalorizado (también mínimamente) en 2017 y, después, consecutivamente, en 2021, 2022 y 2023.
Nació en 2004 para favorecer que las ayudas llegaran a los hogares más necesitados, los que estuvieran muy por debajo del SMI, pero esta brecha entre SMI e IPREM ha desvirtuado su finalidad. Con el aumento de la desigualdad y la pobreza en España, el IPREM ha quedado reducido a la pobreza más extrema. En 2004, partieron de la misma cifra. Y, hasta 2016, la diferencia no era sustancial: 532,51 euros mensuales el IPREM; 655,20, el SMI.
Sin embargo, 2023 parte con un IPREM de 600 euros y un SMI de 1.000. Esto deja fuera de prestaciones y subsidios a un gran porcentaje de personas que podemos considerar pobres, pues no llegan al SMI, pero sí están por encima del IPREM. Y devalúa también la prestación por desempleo.
Desde USO, consideramos que el IPREM debe revalorizarse en una cuantía mayor para alcanzar a más hogares, pues la situación de pobreza y desigualdad es diferente en 2023 a la que teníamos hace 20 años.
SMI: en lista de espera
El SMI, sin embargo, ha empezado 2023 congelado. “En un contexto de inflación tan alto, es inadmisible que precisamente el salario más bajo no se revalorice. No importa que se asegure que, cuando se suba, será retroactivo. Los precios han aumentado notablemente en los últimos dos años y los gastos diarios no entienden de efectos retroactivos”, reprocha Joaquín Pérez, secretario general de USO.
¿Qué SMI deberíamos tener en 2023?
El propio acuerdo de subida del SMI en 2020 recoge que el SMI debe terminar por ser el 60 % del salario medio en España. “Ahora bien, debe tenerse claro qué salario medio. El último dato que nos ofrece el INE, tercer trimestre de 2022, sitúa el salario medio en España en 2.032,05 euros, en 14 pagas. Por lo tanto, el SMI para 2023 debería ser de 1.219,23 euros mensuales por 14 pagas”, calcula Pérez.
Sin embargo, las cifras que se manejan, hablan de subir el SMI hasta una cifra próxima a los 1.060-1.070 euros. “El último dato cerrado publicado en 2022 habla de un salario medio de 1.797,54 euros y, por lo tanto, un 60 % sería 1.078,52 euros. Sin embargo, este dato cerrado corresponde a los salarios de 2020. En USO consideramos que no se puede acercar el SMI a la realidad si usamos datos de hace más de dos años. En ese caso, el SMI siempre iría por detrás de lo que se debería cobrar”.
El secretario general de USO sustenta esta petición de un SMI de 1.219 euros mensuales “no solo en estadísticas oficiales del INE, sino también en datos del BCE. En su último informe, el Banco Central destaca que en España han subido los salarios en un 6,5 % desde antes del covid, por un 8 % de media europea. El SMI, por ser la frontera más baja, y porque automáticamente obliga a la revalorización de los escalafones superiores en la negociación colectiva, es el objetivo prioritario de la subida salarial”.
“Si el SMI no llega a los mínimos que el propio Diálogo Social dio por buenos hace dos años, será un nuevo fracaso de este sistema cerrado de toma de decisiones. El Diálogo Social debe regenerarse y abrirse a más voces para afrontar una realidad que nada tiene que ver con la de hace cuarenta años”, concluye Joaquín Pérez.