El fallecimiento de un trabajador de 24 años en Mazarrón (Murcia) a consecuencia de un golpe de calor es el último conocido, pero no el único debido a los estragos de las altas temperaturas. De hecho, la muerte de este joven, mientras desarrollaba funciones de jardinería, se produce apenas dos semanas después de que otro trabajador, de 42 años, falleciera en la misma localidad. En ese caso, desempeñándose en un invernadero de tomates, bajo temperaturas asfixiantes.
También en trabajos agrícolas fallecieron otras dos personas en Sevilla y Ciudad Real.
Pero, además de estos casos extremos, se producen otros muchos golpes de calor que no terminan en fallecimiento.
Estos datos no hacen mas que evidenciar un incumplimiento manifiesto de la normativa existente.
Obligación de evaluar riesgos por el calor
La novedad, este año, es el decreto publicado en el BOE en mayo que incluye medidas expresas para hacer frente a las altas temperaturas. La nueva normativa reconoce expresamente el riesgo por calor, que las empresas deben contemplar, y se refiere concretamente a “trabajos al aire libre y en los lugares de trabajo que, por la actividad desarrollada, no puedan quedar cerrados”.
La norma obliga a las empresas a evaluar los riesgos derivados del calor, establecer planes de prevención (que pueden incluir la reorganización o los cambios de horarios) y, en último término, prohibir trabajar en determinadas franjas horarias, las de las horas centrales del día, en las que se registran las mayores temperaturas.
Los datos relativos a fallecimientos e ingresos hospitalarios de personas trabajadoras como consecuencia de golpes de calor ponen de manifiesto el incumplimiento de las normas que regulan estos riesgos por parte de las empresas.
2022: el verano con más muertes por calor
El Instituto Nacional de Estadística ha publicado los datos provisionales de defunciones según la causa de muerte. Con respecto a los efectos del calor, hay datos clarificadores. Entre los meses de mayo y agosto de 2022, cuando se vivió el verano más caluroso desde que comenzaron los registros, en 1961, fallecieron por un golpe de calor o deshidratación en España 355 personas. Esto supone un 88% más que en 2021 (189) y más del doble que en 2019 (156).
A día de hoy, con las elevadas temperaturas sufridas en el mes de julio, todo apunta a que estas cifras van a seguir en aumento.
Mayor control de los trabajos con calor
Desde USO, reclamamos a las autoridades que ejerzan un control mas exhaustivo relacionado con los episodios de elevadas temperaturas y la actividad laboral. Y que hagan hincapié en los colectivos más expuestos, como son los de las actividades que se desarrollan al aire libre.
USO recuerda a las personas trabajadoras que hagan valer sus derechos y reclamen unas condiciones de trabajo que garanticen su seguridad y salud laboral.
No hay que anteponer el trabajo a la salud, y mucho menos a la vida. El golpe de calor puede tener consecuencias fatales.
Desde USO, te recordamos que, en caso de incumplimiento, acudas a tus delegados de Prevención para que reclamen las condiciones mínimas de seguridad en el trabajo a las que todos tenemos derecho.