Nuestra compañera Amalia Maestre, de FeUSO Córdoba asiste a la presentación del libro ‘Llegó para quedarse. Diálogo con mi ictus’ de Miguel Ángel Arenas Galiano en el Salón de Plenos de la Diputación de Córdoba.
Miguel Ángel Arenas es un docente del Colegio Salesiano San Luis Rey, de Palma del Río, afiliado a FeUSO, que sufrió un ictus hemorrágico, que ha sido un punto de inflexión en su vida y que ha llegado «para quedarse», como cuenta en el libro que se ha presentado ayer 29 de octubre, con motivo del Día Mundial del Ictus y bajo en amparo de la Asociación Cordobesa de Daño Cerebral Adquirido (Acodace).
En la imagen de esta noticia aparece Antonio Ramón Martín Romero Diputado Delegado de Deportes y Protección Civil de la Diputación de Córdoba, en el centro Miguel Ángel Arenas y a la derecha, Amalia Maestre.
LLEGÓ PARA QUEDARSE, un testimonio personal ante una experiencia vital límite, un punto de inflexión donde la transformación personal no es consecuencia sino causa de un proceso de recuperación progresivo, sin fecha de caducidad. Nace, en primer lugar, como instrumento terapéutico donde se aborda la enfermedad como parte de la vida y se apuntan estrategias que, con el máximo respeto y empatía hacia los enfermos de daño cerebral adquirido (DCA) como Miguel Ángel, podrían acompañar sum tránsito desde la llegada de la enfermedad, pasando por la aceptación de la misma, hasta las intervenciones multidisciplinarias en los ámbitos: sanitario, rehabilitador, psicológico y social.
DIÁLOGO CON MI ICTUS, una propuesta de trabajo emocional firme que invita a la proactividad, a ser protagonista de unas actuaciones en primera persona a la hora de maximizar la recuperación del paciente y tratando al familiar que lo acompaña con dignidad y reconocimiento.
Una catarsis emocional donde la secuencia de acontecimientos provoca trascendencia, una transformación, una evolución, un nuevo nivel de consciencia que exige un cambio de mentalidad y te expone a tus principios y valores más íntimos.DIÁLOGO CON MI ICTUS, es un enfoque RESILIENTE, un espejo en ocasiones incómodo en el que mirarse, un RETO diario y continuo, una oda a la vida donde la dignidad del ayer obliga a la voluntad del presente.
LLEGÓ PARA QUEDARSE, un espacio de encuentro vivencial donde el diálogo personal, sincero, humano, transita por un camino de luces y sombras en un proceso de aceptación libre hacia un lugar desconocido, eso sí, junto a un compañero que ofrece su mano para toda la vida, mi Ictus.