Durante la última década, la explosión tecnológica en las aulas ha provocado cambios sustanciales a nivel didáctico y pedagógico. Las nuevas aplicaciones informáticas nos permiten motivar a nuestro alumnado con realidad aumentada, avisar a los padres de una forma casi inmediata a través de las plataformas o llevar un registro sistemático de cada una de nuestras acciones en el centro.
No cabe duda, sin embargo, de que este proceso de inmersión tecnológica (plataformas, WhatsApp, apps…) conlleva una formación y dedicación importante para el profesorado que lleva consigo una inversión de dinero y de tiempo que se podría considerar como horas no lectivas de dedicación “reconocidas” por el colegio, puesto que revierten positivamente en la mejor comunicación familia y escuela y para hacer más competente nuestros centros de enseñanza. (Ver texto completo en PDF)