Con la asistencia de USO, se ha celebrado la quinta reunión del Convenio de Ocio Educativo y Animación Sociocultural, que se ha centrado en esta ocasión en analizar la regulación de la actividad de campamentos y colonias escolares como actividad singular, en cuanto a jornada especial, plus de disponibilidad y registro de las horas reales de trabajo.
Por parte de las patronales, se ha presentado una nueva propuesta de registro de jornada, tema que actualmente está pendiente de la regulación por parte del Gobierno y que deja el punto en el aire. La propuesta patronal será estudiada por USO, teniendo en cuenta que regularizar la situación no supone mejorar las condiciones laborales, sino que supone cumplir la normativa. Todo ello en un sector tan diverso que requiere un nuevo enfoque que dignifique el trabajo y se retribuya conforme a la alta responsabilidad que supone y la necesidad social del mismo.
Las próximas reuniones se han fijado para el 17 septiembre, con las Tablas Salariales y la regulación del contrato fijo discontinuo como puntos a debatir. La siguiente será el 10 de octubre, en la que trataremos la jornada especial e intentaremos cerrar el punto de contratación.
USO y el resto de sindicatos presentaremos el 10 de octubre la propuesta de permisos, con la que pretendemos mejorar la situación de los trabajadores y trabajadoras en relación con la conciliación de la vida personal, familiar y laboral y la mejora de la corresponsabilidad.
Mucho tiempo ha pasado desde que en la Gaceta de Madrid de 19 de febrero de 1894, la circular sobre Colonias Escolares dijera que las Colonias de vacaciones son una institución esencialmente pedagógica y de higiene preventiva en favor de los niños débiles de las escuelas públicas. Sobre estas actividades, fue pionero el Museo Nacional Pedagógico, siete años antes, con niños de Madrid que fueron a San Vicente de la Barquera de colonias, por primera vez en España.
El elemento pedagógico siempre ha estado ahí, esto se decía en el siglo XIX: “…la preocupación más viva y la exigencia más inmediatamente sentida, la de cuidar ante todo de aquellos niños, que, acumulados en las grandes poblaciones, atacados por el escrofulismo y debilitados por el escaso alimento, por la falta de aire, de luz y de condiciones higiénicas en todo el régimen de su vida, llevan ya manifiesto ó latente el germen de la anemia, de la de generación ó de la tuberculosis; …. cuya débil y enfermiza constitución demandan, como único remedio, una temporada de aire puro, de alimento sano y abundante y de juego en el campo a todas horas. Si además puede presidir esta obra un elemento pedagógico, y en vez de encomendarla á persona subalterna ó al cuidado meramente terapéutico del médico, se le asocia por entero á la Escuela; si de los niños pobres, enclenques, raquíticos, pálidos, de pecho hundido y piernas débiles, que durante las vacaciones vagan por las calles respirando aire nocivo, se hacen grupos de quince ó veinte, y bajo la dirección de su propio maestro se los envía un mes á la orilla del mar ó á lo alto de la montaña, tendremos unida la higiene y la pedagogía en una verdadera Colonia escolar de vacaciones”.
Y aunque se ha desvirtuado mucho su origen y han cambiado las cosas en nuestra sociedad, tanto los campamentos como las colonias siguen siendo hoy día imprescindibles para muchas familias y para poder conciliar los tiempos de trabajo con las vacaciones escolares. Reconocer la labor social que realizan los trabajadores que atienden estas actividades también pedagógicas debería reflejarse en una retribuciones y condiciones dignas.