Las pensiones contributivas del Régimen General de la Seguridad Social subirán en 2024 un 3,8 %. Esta subida viene marcada por el IPC medio tras conocer el índice consolidado de noviembre, pero hoy queda ratificada en el BOE. Así lo establece el Real Decreto-ley 8/2023, de 27 de diciembre, a falta de una ley de Presupuestos Generales del Estado.
Asimismo, también queda establecida la pensión pública máxima. Será de 3.175,04 euros al mes, 44.450,56 euros al año, tanto para el sistema de la Seguridad Social como en las clases pasivas.
¿De cuánto serán las pensiones mínimas en 2024?
En el caso de las pensiones mínimas, también se actualiza su cuantía, pero en función de su clase. En el siguiente cuadro, pueden verse los importes mínimos correspondientes a las pensiones de jubilación, incapacidad permanente y viudedad del Régimen General.
También del Régimen General, el siguiente cuadro recoge las pensiones mínimas para orfandad y en favor de familiares:
Otras cuantías mínimas que se establecen para 2024 son:
- Sin cónyuge a cargo: 8.942 euros al año.
- Con cónyuge a cargo: 10.430 euros al año.
Por último, las pensiones mínimas para las clases pasivas quedan como sigue:
¿En cuánto sube el complemento de brecha de género en las pensiones?
El complemento de reducción de brecha de género que contemplan las pensiones quedará en 2024 en 33,20 euros mensuales. Esta subida se corresponde con el incremento general de las pensiones, del 3,8 %, además del 5 % establecido mientras se mantenga la brecha de género en las pensiones.
Pensiones no contributivas para 2024
En el caso de las pensiones no contributivas del sistema de la Seguridad Social de invalidez y jubilación, el importe establecido para 2024 es de 7.250,60 euros al año. La misma revalorización que se aplica a las pensiones no contributivas se aplicará también al Ingreso Mínimo Vital. Este queda en 604,38 euros mensuales para un único adulto.
Otras prestaciones familiares de la Seguridad Social
El RD-ley actualiza también el importe de otras prestaciones para 2024. Es el caso de las prestaciones familiares de la Seguridad Social. En su modalidad no contributiva, con un hijo a cargo de al menos 18 años y un grado de discapacidad superior al 65 %, será de 5.647,20 euros anuales. En el caso de que la discapacidad sea al menos del 75 %, el subsidio será de 8.469,60 euros al año.
Límites para recibir el IMV
Además de las pensiones y del SMI, que se queda congelado para 2024, la ley establece los nuevos criterios económicos para la percepción del IMV. Así, los nuevos límites de ingresos anuales para recibir asignación por hijo del Ingreso Mínimo Vital serán:
- por cada hijo menor de 18 años o menor a cargo sin discapacidad o con discapacidad inferior al 33 %, 14.544,00 euros anuales.
- para familias numerosas, 21.888,00 euros anuales.
- el límite anual se incrementa en 3.546,00 por cada hijo a partir del cuarto, este incluido.
En estos casos, la cuantía de la asignación económica del IMV será de 588,00 euros por hijo a cargo en esas condiciones.
Sin embargo, para los ingresos inferiores, la asignación por hijo sube a 637,92. Para ello hay que tener en cuenta cuántas personas mayores de 14 años viven en el hogar (M); cuántas personas hay menores de 14 años (N); y el intervalo de ingresos para esos componentes del hogar. En función de eso, se recibirá una asignación anual por hijo de 637,92 euros.
Cambio de gestión del IMV
Este nuevo Real Decreto-ley presenta una novedad con respecto a la gestión del IMV. La norma prevé que pueda haber un trasvase en la gestión de la prestación hacia Comunidades Autónomas de régimen común. Podrán asumir todo el proceso: iniciación, tramitación, resolución y control, previa convenio con la Administración del Estado.
Para Lourdes Pedrazuela, secretaria de Igualdad, Políticas Sociales y Formación de USO, “no importa quién lo gestione, sino cómo. El problema del IMV, una política más que necesaria para los colectivos más vulnerables, es precisamente su gestión. Sigue sin llegar a gran parte de las personas que lo necesitan. Muchos de ellos, menores, no nos olvidemos. La pobreza crece en España, especialmente la infantil, y la principal prestación para paliarla está llena de trabas burocráticas. Es necesario simplificar su solicitud y tramitación por parte del perceptor, teniendo en cuenta que quienes más lo necesitan son precisamente quienes más abajo están en competencias digitales y administrativas”.