Blur es una palabra inglesa que significa borroso, difuminado, desdibujado. Así, se han denominado como “efecto blurring” a las situaciones en las que no están bien definidos ni establecidos los límites entre el ámbito laboral y el resto de ámbitos de los que se componen las vidas de las personas.
La incapacidad de desconectar es la consecuencia (negativa) de este efecto, que viene provocado, precisamente, por la existencia de esos bordes cada vez más difusos entre el ámbito laboral y el privado. Esta situación está íntimamente ligada a la evolución de la tecnología y a la expansión de la digitalización en todos los ámbitos de la vida moderna.
Esperando una respuesta prácticamente inmediata
Hoy en día, casi todo el mundo dispone, por lo menos, de un teléfono móvil con conexión a internet. Sin darnos cuenta, lo que hace no tantos años, nos sonaba a películas de ciencia ficción, se ha convertido en un hecho totalmente normalizado e integrado en nuestra realidad cotidiana.
Sin darnos cuenta, nos hemos convertido en una sociedad que ha perdido la costumbre de esperar. Con los dispositivos móviles, lanzamos llamadas, mensajes, correos a los que esperamos una respuesta prácticamente inmediata y, es ahí, precisamente, donde empiezan a difuminarse los limites y la incapacidad para desconectar, de forma real, del trabajo. Porque exigimos esa inmediatez independientemente de la naturaleza de la comunicación: da lo mismo si te contacta un familiar, un amigo, un compañero de trabajo o tu jefe. Cualquiera que sea nuestra posición en esa comunicación (emisor o receptor), hace que estemos ansiosos por recibir respuesta o por darla.
Los límites se desdibujan y el estado de alerta es constante
Antes de la llegada de estas tecnologías, nos hubiese parecido una situación totalmente inaceptable el hecho de que, una vez finalizada nuestra jornada y abandonado el centro de trabajo, cuando nos encontrábamos tranquilamente en casa, con la familia o los amigos, apareciese de repente nuestro jefe o un compañero exigiendo respuesta o solución a cualquier cuestión laboral. Entonces, ¿Por qué ahora lo permitimos? Es más, ¿Por qué ahora incluso nos auto-exigimos esa disponibilidad?
Porque hemos integrado la tecnología hasta tal punto en nuestra vida, en nuestra cotidianeidad, nos sentimos obligados a ofrecer lo mismo que demandamos: inmediatez. Ya no esperamos, ni vemos normal que nos esperen. Ahí es donde esos límites, antes tan claros, tan definidos, se desdibujan, desaparecen.
Y con eso, la aparición de los problemas asociados a esa obligación auto impuesta de estar siempre disponible, de que los demás lo estén en la misma medida. No nos damos cuenta de que nos está llevando a un estado de alerta constante, con sus consecuencias correspondientes: trastornos de ansiedad, depresión, baja autoestima, etc. Y lo más importante: no nos permite establecer los límites entre las diferentes parcelas que conforman nuestra vida, lo que nos impide disfrutar de cada una de esas parcelas por completo.
Desconectar del trabajo, un derecho
Desde USO queremos llamar la atención sobre esta problemática, sobre este efecto “blurring”, resaltando que, si existe normativa que regula el derecho a la desconexión digital, algo no estamos haciendo bien.
Una vez que hemos identificado el problema, tenemos que pasar a buscar la solución. En este caso, la solución implica a ambas partes: empresas y personas trabajadoras.
Desde USO recordamos a las empresas que, en caso de no respetar el derecho de desconexión reconocido legalmente a los trabajadores, podrían estar incurriendo en infracción y, por tanto, pueden ser sancionadas. Exigimos a las empresas que cumplan con la normativa y respeten la desconexión para que las personas trabajadoras puedan volver a definir los límites de forma clara y avanzar hacia hábitos de trabajo y vida saludables y satisfactorios.
Por otro lado, pedimos a las personas trabajadoras que ejerzan, exijan y defiendan este derecho laboral reconocido a la desconexión. Si aquello que se plasma en un papel no se materializa y se actúa en consecuencia, de poco o nada sirve. Recordamos también que los delegados y delegadas de prevención están para que podamos trasladarles cualquier incumplimiento que observemos en materia de seguridad y salud laboral. Acudamos a ellos en caso de percibir alguna vulneración de nuestros derechos para poder corregir la situación.