La Asamblea General de Naciones Unidas, designó en 2011, el 15 de junio como Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez. Es el día señalado para expresar la oposición a los abusos y al sufrimiento infligido a nuestros mayores. Un tema casi tabú hasta hace muy pocos años pero del que ya se habla y se visibiliza más en todo el planeta.
El abuso y maltrato a las personas mayores es poco tratado en estudios y muy poco abordado en Planes de Acción contra la Violencia. Aun siendo un problema de salud pública y social muy importante, pasa casi inadvertido. A pesar de que se desconoce la magnitud de dicho problema, nos encontramos con los algunos datos muy preocupantes:
- Uno de cada 6 mayores de 60 años o más sufre algún tipo de abuso o maltrato.
- En 2017, el 15,7% de las personas mayores de 60 años o más fueron objeto de alguna forma de maltrato.
- Dos de cada 3 personas que sufren demencia han sufrido malos tratos.
- El 90% de las personas que infligen abuso y maltrato a los mayores son familiares (hijos, adultos, cónyuges o parejas).
- Solo se denuncia 1 de cada 24 casos de abuso o maltrato en la vejez.
- Las personas mayores víctimas de maltrato tienen una probabilidad de morir dos veces mayor que aquellas que no lo sufren.
- Se prevé que la población de 60 años o más se habrá duplicado con creces pasando de 900 millones en 2015 a los 2.000 millones aproximadamente que habrá en 2050. La mayoría vivirá en países de ingresos bajos y medianos, según la Organización Mundial de la Salud.
Problema social y de salud pública
Los datos nos demuestran y ponen ante nosotros que los abusos y maltrato en las personas mayores son un problema frecuente en nuestra sociedad y un importante problema de salud pública. Por tanto, la atención primaria y los servicios sociales son clave para prevenir, detectar y actuar ante el abuso y maltrato en la vejez.
La sanidad, el envejecimiento, las pensiones y los cuidados tendrán de ahora en adelante una fuerte interrelación para conseguir un envejecimiento saludable y digno. Envejecer bien, debe ser una prioridad a nivel mundial, constituyendo un gran reto para cada país y para la comunidad internacional.
La esperanza de vida y el envejecimiento son retos y son inversiones en personas, no hay que verlo como ‘costes’. Las personas mayores merecen respeto, consideración, gratitud y cariño, facilitando ese envejecimiento cargado de profesionalidad y humanismo, pues gracias a ellas nos han facilitado la vida a generaciones posteriores con su experiencia, su esfuerzo y su trabajo.
Envejecer con dignidad es un derecho humano, es una aspiración natural y solidaria de las personas. Por ello desde USO consideramos necesario reforzar y seguir construyendo sistemas públicos de protección social como bien común que edifican los Estados y la sociedad para satisfacer las necesidades de sus ciudadanos.