El Presidente de la Junta de Andalucía ha configurado su nuevo gobierno, tras el Congreso Extraordinario del Partido Socialista de Andalucía, celebrado recientemente. Ha nombrado como nuevo titular de Educación a Francisco Álvarez de la Chica, hasta el momento Secretario General del PSOE de Granada, parlamentario andaluz y maestro de profesión.

La Federación de Enseñanza de la USO de Andalucía ya se ha dirigido al nuevo Consejero de Educación para felicitarle, ofrecerle nuestra colaboración -leal, crítica y constructiva- y para desearle toda suerte de éxitos en su gestión. En nuestra carta de felicitación (Ver PDF, 550 KB) también le hemos animado a que sea especialmente sensible con la situación del Personal de Administración y Servicios de los centros concertados andaluces, que son los trabajadores en situación más precaria de toda la educación española y por los que la USO viene luchando denodadamente.

No obstante, nos inquietan poderosamente tantos cambios y nos preocupa la escasa duración en sus cargos de los últimos titulares de la Consejería de Educación, por la inestabilidad que ello supone para un sector tan sensible y tan decisivo, que requiere justamente lo contrario, una gran estabilidad.

Los discursos oficiales hablan continuamente de la estabilidad educativa en Andalucía, pero, en poco más de dos años, hemos conocido a cinco (¡cinco!) Consejeros de Educación: hasta primeros de 2008, Cándida Martínez, que fue sustituida temporalmente por Sebastián Cano hasta abril de 2008, cuando fue nombrada Teresa Jiménez, quien permaneció escasamente un año en Educación y fue sustituida en abril de 2009 por Mar Moreno, que no ha desempeñado su cargo ni siquiera un año, al ser reemplazada por el nuevo Consejero Francisco Álvarez en este mes de marzo de 2010. ¡Cinco Consejeros y Consejeras en poco más de dos años! ¿Es éste el mejor ejemplo de estabilidad?

A la FE-USO-Andalucía nos parecen muy inconvenientes la incertidumbre, inestabilidad e inseguridad que trasladan al mundo educativo tantos cambios en tan poco tiempo, así como la parálisis y ralentización que este nuevo cambio va a suponer en la marcha del trabajo diario y en el organigrama de la Consejería de Educación; ahora, seguramente vendrán modificaciones en las estructuras administrativas de esta Consejería, nuevos ceses y nombramientos, configuración de nuevos equipos, etc. que repercutirán negativamente en las gestiones y negociaciones que mantenemos con la Consejería de Educación. ¡Otra vez a empezar!