Desde la Federación de Enseñanza de USO nos reiteramos en nuestra postura sobre el proceso de debate y desarrollo de la nueva Ley de Educación, aprobada como Proyecto en el último Consejo de Ministros: no compartimos las formas, ni las prisas, ni los objetivos. En su momento, nos opusimos a la Ley Wert porque nos pareció una Ley inoportuna que se presentó como una reforma de partido y desgraciadamente con una tramitación poco rigurosa. Y hoy, casi con los mismos argumentos, volvemos a rechazar otra nueva contrarreforma educativa, también de partido, que nos aleja radicalmente de la posibilidad de alcanzar un Pacto por la Educación y que alimenta una politización muy perjudicial para la educación en nuestro país.

En todo momento, además, hemos considerado una burla a la comunidad educativa las prisas con las que el Ministerio de Educación ha emprendido esta contrarreforma. La premura en los tiempos, saltándose incluso los plazos, no ha permitido debatir en profundidad y con la mayor participación posible los problemas reales de nuestro sistema educativo. Los plazos tan ajustados que ha dado el Ministerio a las organizaciones han imposibilitado también que se pudiesen aportar propuestas concretas para solucionar esos problemas.

Para colmo, el Ministerio de Educación ha llevado al Consejo de Ministros esta contrarreforma sin contar con el informe del Consejo de Estado, lo que muestra a las caras su voluntad de pisar el acelerador. Todo para volver a la LOE (ley que crearon los actuales responsables del Ministerio) y dar satisfacción a los sindicatos y grupos políticos que están apoyando la contrarreforma. En todo este proceso, el Ministerio ha aplicado el rodillo que tanto criticaron cuando se aprobó la LOMCE. Y conviene recordar que la LOE no fue ninguna ley de consenso, como se empeñan en repetir, sino que provocó, igual que la LOMCE, una importantísima protesta social.

Son muchas las cuestiones que no nos gustan de este Proyecto de Ley. Estamos ante una nueva ley ideológica que no apuesta por la convivencia y el Pacto por la Educación, arrincona la Enseñanza Concertada, margina el papel constitucional de las familias en la educación de sus hijos y devalúa la asignatura de Religión a una actividad extraescolar.

Para la Federación de Enseñanza de USO, este polémico Proyecto de Ley, que se aprueba cuando ya se han convocado Elecciones Generales, plantea un conjunto de medidas que, desde nuestro punto de vista, no resuelven los problemas que presenta nuestro sistema educativo ni mejorará la calidad y la equidad educativa, pues en su esencia es un simple retorno al pasado, una contrarreforma que nos retrotrae en el tiempo a la fracasada LOE del año 2006. La solución a los problemas generados por la LOE y por la LOMCE es el Pacto Educativo.